domingo, 13 de marzo de 2016

Tazas pintadas con rotulador

Hace unos días vi en una tienda rotuladores para porcelana y se me ocurrió que sería una buena idea comprarlos y dejar a los sobrinos que crearan sus propias tazas, cada uno a su gusto y a su estilo. Hay una gran cantidad de rotuladores de colores disponibles, incluidos platas y oros. En cuanto a tazas, Ikea ofrece un surtido variado tanto en tipos, tamaños y precios. Para estrenarnos con esta técnica probamos dos tipos de tazas, unas que pinté yo y otras los niños.





Los rotuladores son muy fáciles de usar, simplemente se aplican sobre la porcelana limpia y seca. Se pueden pintar sobre cualquier superficie y si nos equivocamos o algo no nos gusta, se puede borrar con un trapo húmedo siempre que no haya pasado mucho tiempo desde que hemos dibujado. Una vez tenemos el dibujo definitivo, se meten las tazas al horno a 160 grados durante 30 minutos y se dejan enfriar allí mismo (en nuestro caso las dejamos toda la noche). Después de este proceso ya pueden lavarse con agua y hasta meterse en el lavavajillas. 



Esta actividad es divertida para niños y adultos, permite personalizar vajillas que están en la mayoría de las casas y hacer regalos originales para familiares y amigos. Esa tarde disfrutamos los cuatro y a la mañana siguiente se fueron a casa cada uno con sus tazas, con sus regalos para papá y mamá. Así que otro día tendrán que volver para hacerse una para ellos a su medida, que no se puede ser tan generoso!



Me encantó ver el resultado de su tarde de manualidades, ver que pese a ser primos y tener más o menos la misma edad (5,5 y 7 años), cada uno tiene un estilo diferente. Uno, el que está en momento brutote, pintando con fuerza y mezclando colores sin siquiera mirar cuál era el que cogía en cada momento; otro, más familiar, dibujando en sus tazas a papá y a mamá. Él sólo aparece en una porque L. "sólo hay uno, no puedo estar en dos sitios a la vez". Y el tercero, que por su meticulosidad y perfeccionismo terminó una única taza, después de borrar diez veces los dibujos que no le gustaban. 

En mi caso, también pinté mis tazas. Concretamente un juego de cuatro piezas de dos tamaños diferentes para convertir la casa de mi amiga en un pequeño oasis urbano, lleno de palmeras. No son ninguna preciosidad y tuve que recurrir a tutoriales para pintar las palmeras, pero a ella le encantaron, que era el objetivo inicial.



¿Te atreves a pintar las tuyas?