sábado, 9 de enero de 2016

Museu de sa Jugueta, iniciación al arte

Cuando no tienes hijos, manejar uno ajeno da respeto y asusta pensar en cómo se portará y si llorará o no. Cuando no tienes hijos, manejarte con tres ajenos parece una locura de dimensiones descomunales. La verdad es que si los niños disfrutan con lo que les organices, es fácil hacer que se porten bien porque saben lo que se juegan en caso de no hacerlo. 

Con Luis llevamos ya cinco años de paseos por Palma, de historias del Drac de na Coca, de ir a ver a "los gigantes de Lluc" (los gigantes del Ajuntament de Palma, que él considera que son míos) y de helados de limón en Ca'n Miquel. Así que el paso de cangurearle a él solo para incorporar a los primos, a Tuta y Petén, era arriesgado. Pero no imposible. 

Primera visita al Museu de sa Jugueta con Luis

Para una primera visita por Palma con dos niños de 3 años y uno de 5 necesitaba acudir a lugares ya conocidos, de los que seguro iban a salir contentos. Uno de esos lugares mágicos y que gusta tanto a niños como a adultos es el Museu de sa Jugueta, en la calle de la Campana número 7 de Palma. Sin duda es el lugar ideal para iniciar a los niños en la maravillosa máquina del tiempo que son los museos y es, además, un rincón lleno de arte que bien podría haber inspirado la frase de Charles Baudelaire: "El juguete es la primera iniciación del niño en el arte, o más bien su primera realización". 

Así, pues, ¿qué mejor que una iniciación al arte en un lugar mágico para empezar mi valiente aventura como canguro de tres niños? 

Primera iniciación al arte del juguete de Tuta y Petén

El museo consta de dos plantas de paredes cubiertas de juguetes de todo el mundo del último siglo y medio.  Casitas, coches, naves espaciales, caballitos, muñecas, animales... por ello es ideal para que cualquier adulto, ya sean abuelos, padres, tíos o canguros lleve a los niños. Allí, a través de esos objetos de nuestras infancias, podemos enseñar a las nuevas generaciones con qué se han ido entreteniendo los niños a lo largo de los años y hacer volar su imaginación con quiénes debieron ser los propietarios de cada figura, buscar su juguete favorito o comparar con los que ahora tienen en casa. 

Lo mejor de este pequeño museo es que hay poca gente y los niños, sean de la edad que sean, pueden pasarse el tiempo que quieran delante de las vitrinas que más les gusten. Como aspecto negativo es que no hay ascensor, por lo que los carritos de bebé deben quedarse en el piso inferior y acceder a las plantas superiores por unas empinadas escaleras. 

La entrada al museo cuesta 3 euros para adultos y 2,5 para los niños y se puede visitar de martes a domingo. Para cualquier información referente a actividades, horarios, precios y menús del bar que tienen en la planta baja, recomiendo visitar la web o la página de Facebook del Museu de sa Jugueta.  

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